¿Qué es el BDSM? Por qué te excitan los látigos y las cadenas
Venimos a este lugar buscando magia.
Venimos a nuestro club BDSM local para azotar, vendar ojos, orinar sobre nuestra pareja. Porque todos necesitamos eso. Esa sensación erótica que tenemos cuando las luces empiezan a bajar y un dilatador nos agarra el ano. No solo atados y disciplinados, sino de alguna manera dominados y sometidos, juntos. Consoladores brillantes en un culo enorme y peludo; degradación que puedes sentir de alguna manera, los látigos y las mordazas se sienten bien en un lugar como éste. Nuestras fantasías sexuales se sienten perfectas y poderosas. Porque en nuestro club local de BDSM, lo son.
Pregúntale a la gente qué es el BDSM y recibirás muchas respuestas diferentes, con toda la seriedad emocional que Nicole Kidman puso en su obra maestra de un minuto en AMC.
En los términos más sencillos, el BDSM abarca una variedad de parafilias que implican un intercambio de poder entre el sumiso y el dominante. Las parejas que están de acuerdo hacen ese intercambio a través de muchas actividades y dinámicas.
¿Muy ambiguo? No te preocupes, cerdito. Estamos aquí para ponerte en forma, si te gustan esas cosas. Vamos a sumergirnos en los diferentes tipos de BDSM, la terminología común y las prácticas seguras.
¿Qué significa BDSM?
BDSM es un término para describir la actividad sexual que gira en torno a la dominación, la sumisión y el control. El acrónimo significaba originalmente «bondage, disciplina y sadomasoquismo», pero hoy en día el significado de BDSM es más amplio. ¿Qué significa sumiso y…realmente necesitas un amo? Aquí te compartimos un desglose:
- (BD) Bondage y disciplina: El pan de cada día del BDSM. Normalmente involucra castigos, ataduras y otros juegos de sensaciones, desde el dolor hasta las cosquillas.
- (D/s) Dominación y sumisión: El BDSM implica un desbalance de poder consensuado. La dinámica de poder puede abarcar control psicológico o físico, incluyendo dar y recibir órdenes.
- (SM) Sadismo y masoquismo: A veces combinados como sadomasoquismo, es el placer que se siente al dar o recibir sensaciones intensas. Aunque muchos asocian el sadomasoquismo con el dolor físico, también se refiere al juego de sensaciones prolongado, como la privación sensorial, juego de temperaturas o el aprisionamiento del cuerpo.
- (M/s) Amo y esclavo: Es una versión más extrema de la dominación y la sumisión. En una dinámica de amo y esclavo, el esclavo le da el control total a su amo en una o más áreas de la relación.
Aunque el BDSM se describe seguido como un comportamiento desviado, la dinámica de poder es una parte natural de nuestras relaciones. Es una fantasía o una práctica sexual habitual para muchas personas y no hay nada de lo que avergonzarse (siempre que practiques sexo seguro y consentido).
Cuestionario BDSM: Términos comunes
Antes de profundizar en las diferentes prácticas BDSM, vamos a ponerte al día sobre el vocabulario clásico:
- Escena: Al igual que un sumiso al que le gustan los juegos de rol de criada francesa, esta palabra tiene múltiples funciones. «La escena» se refiere a la comunidad BDSM en general. El Kink es a menudo un acto comunitario, y los participantes forman sus propias subculturas. Una «escena» es cualquier actividad que incluya dinámicas BDSM, que puede o no implicar actos sexuales. Puede suceder en privado o en público. Es como si fuera una escena de una obra de teatro, que necesita un poco de incredulidad para que todo el mundo se involucre. (Excepto que se trata de una producción de A Midsummer Night’s Cream).
- La caída: La carga sensorial, física o emocional que se siente luego de practicar el BDSM es tan agotadora como estimulante. La caída es la sensación de estar física o emocionalmente agotado después de una escena BDSM.
- Fetiche: Ya sean azotes o humillaciones verbales, los fetiches provocan un intenso placer sexual con una parte del cuerpo, un objeto o una práctica sexual específica. Algunas personas pueden tener dificultades para excitarse sin pensar en su fetiche o representarlo.
- Kink: Prácticas sexuales que se salen del sexo convencional, como vendarse los ojos, atarse o los juegos de rol. A diferencia del fetichismo, los kinks son más un capricho que una necesidad.
- Límite duro: Son las cosas que un participante no hará durante una escena BDSM bajo ninguna condición.
- Límite blando: Se trata de actos sobre los que un participante no está seguro o que sólo aceptará en determinadas circunstancias.
- Protocolo: Christian Grey lo llama contrato de lujuria. Nosotros lo llamamos protocolo, es decir, las reglas que todos acuerdan seguir.
BDSM para principiantes
Todos tenemos límites diferentes. Pero si tienes curiosidad por explorar el BDSM, quizá quieras empezar con un bonito plumero e ir subiendo hasta llegar a la dominación y sumisión más hardcore. Aquí tienes algunas prácticas BDSM suaves en las que sumergirte:
- Jalones de pelo
- Arañazos suaves
- Restricciones, incluidas esposas, bufandas y ataduras
- Vendas
- Ligeros azotes
- Provocar o retrasar el orgasmo de tu pareja
- Juegos de rol, incluyendo dinámicas de poder habituales (por ejemplo, jefe y secretaria u hombre de la casa y mayordomo) o roles más «peligrosos» (como la fantasía del intruso)
- Servicio, como bañar o masajear a tu pareja
- Juegos de sensaciones, como la exploración corporal con plumas, pañuelos de seda o cubitos de hielo
- Juegos de intercambio de poder, como dejar que uno de los miembros de la pareja tome las decisiones durante un periodo determinado
Juegos de impacto, de edad y edging... ¡caramba! 4 tipos de juegos BDSM
Las fantasías BDSM están pensadas para sacarnos de nuestra vida real y lanzarnos a lo sexualmente surrealista. Si eres un ángel en la calle, el BDSM te permite ser un loco sádico entre las sábanas.
Aquí tienes algunas situaciones y escenas de juegos de rol para explorar la dominación, el control y el juego de poder:
1. Juego de Impacto
El juego de impacto es un término amplio que describe la sensación de placer sexual que se obtiene al golpear a una pareja o al ser golpeado. Puedes utilizar las manos o experimentar con palas, látigos y objetos que encuentres por casa.
El juego de impacto es sólo la punta del iceberg sadomasoquista, pero deberías explorarlo en pequeños pasos graduales para proteger tu seguridad. No vas a ganar una medalla de parafilia por infligir la bofetada más dura o recibir el mayor abuso en las nalgas.
Juega con diferentes sensaciones, aumenta la intensidad poco a poco y empieza por las partes blanditas. Un culo gordo está hecho para una paliza dura. Por el contrario, el estómago, la cara, el pene y las bolas, y otras partes sensibles producirán reacciones más intensas (y un mayor riesgo de lesiones).
2. Jugar con la edad
No hace falta ser mayor de 60 para ser el papá de un adulto. El juego de las edades te permite fingir una edad diferente para reforzar una dinámica de poder. Gran parte de la excitación proviene del tabú, aunque el acto en sí no sea sexual.
Algunos escenarios comunes podrían ser un papá Dom castigando a su pequeño mocoso o un bebé adulto alimentándose de un biberón y usando un pañal.
3. Juego de género
¿Género? Apenas lo conozco. Para los hombres, las escenas de gender-bending suelen implicar la sissificación, es decir, la feminización sexualizada. Sin embargo, los juegos de género no consisten en fingir ser una pareja heterosexual o en simular relaciones heterosexuales. Es una forma excitante de que los hombres gays exploren su energía femenina o jueguen con los roles «tradicionales» de intercambio de poder dominante y sumiso. (Sin ofender a las damas; sólo estamos jugando a fingir).
Vestirse con lencería sexy, tacones y vestidos es una forma fácil de cambiar de rol. Si quieres pasarte al método completo, puedes cubrirte el pene con una prótesis vaginal. Deja que tu pareja te descubra jugando con tu clítoris antes de que te haga saber quién es el hombre de la casa.
4. Juego al límite
El juego al límite implica actividades que pueden ser peligrosas y sobrepasan los límites del mantra «seguro, sano y consentido» del BDSM. Puede incluir juegos con agujas, bondage con cuerdas o sangrado. El peligro forma parte del atractivo, pero las cosas pueden salir mal (y de hecho salen mal), por lo que es mejor practicar estas actividades con la ayuda de expertos o profesionales (o no practicarlas en absoluto). Asegúrate de que todos los involucrados son totalmente conscientes de los riesgos potenciales y dan su consentimiento.
Consejo de experto: No confundas el juego al límite con el edging. Edging es cuando se lleva a alguien al borde del orgasmo antes de parar y volver a empezar. El único peligro que conlleva es el riesgo de tener un orgasmo masivo... eventualmente.
La seguridad es sexy
El consentimiento siempre es crucial para que la experiencia sea positiva, tanto si es la primera vez que practicas el sadismo como si eres un experimentado maestro del masoquismo. Aquí tienes algunas formas sencillas de asegurarte de que todo el mundo se sienta seguro y protegido:
La primera regla del compromiso: Háblalo
La espontaneidad puede animar tu vida sexual, pero siempre debes establecer límites de antemano. Habla de la experiencia que quieres vivir, incluyendo fantasías, límites y protocolos. ¿Está bien que le llames puta o que le dejes un moretón? Solo lo sabrás si lo preguntas.
Establece palabras seguras
Si tu escena implica un juego intenso o una simulación de ejercer presión, palabras como «basta» o «no» no servirán. Elige palabras poco habituales, como «mantequilla de manzana» o «marco de fotos», que no surjan de forma natural, para que todo el mundo sepa cuándo lo dices en serio.
También puedes usar un sistema de semáforo, en el que «semáforo amarillo» significa «frena y comprueba», y «semáforo rojo» significa «para inmediatamente; se acabó el juego». Si tienes la boca ocupada, chasquea los dedos o da golpecitos a tu pareja.
Empieza despacio y evita sorpresas
No se trata de una carrera hasta la meta. Empieza despacio, sin prisas, y ve subiendo la intensidad poco a poco, siempre respetando las reglas establecidas.
Una escena intensa de BDSM no es el momento de sorprender a tu pareja. Si no has hablado de la asfixia, no lo preguntes en el calor del momento. Tu pareja y tú estarán en un momento de vulnerabilidad y podrías obligarlo a realizar una actividad a la que en otras condiciones no hubiese accedido.
Invierte en cuidados posteriores
El BDSM te lleva al límite. Después de una escena, date a ti mismo y a tu pareja el espacio y la gracia para volver a la Tierra.
El cuidado posterior permite a los participantes salir de la escena con suavidad, reafirmando su afecto mutuo y suavizando el golpe de una posible caída. Los doms suelen mimar a sus subs después de una sesión, pero el cuidado puede ser mutuo.
Negocia lo que quieres de los cuidados posteriores antes de empezar la escena. Los mimos, los besos suaves y las palabras de afirmación -quizá una siesta y una pizza- son formas estupendas de garantizar que la experiencia sea agradable y segura.